“Caminante no hay camino,
se hace camino al andar” así se expresaba poéticamente el genial Antonio
Machado. Toda una metáfora de la actitud del ser humano ante la vida. Para
llegar a una meta es preciso caminar, avanzar, dar un paso adelante.
El pasado miércoles tuve la
oportunidad de visitar y recorrer el complejo conocido popularmente como “El
Chorro”, una serie de embalses (“Conde del Guadalhorce, Guadalhorce y
Guadalteba”) e instalaciones hidroeléctricas situadas en la cabecera del
río Guadalhorce (Málaga) construidos en las primeras décadas del siglo XX para
abastecer a Málaga y al fértil Valle del Guadalhorce.
Recientemente la pasarela de
servicio, conocida popularmente como “Caminito del Rey” www.caminitodelrey.info ha sido reconstruida como
sendero enfocado al turismo ecológico.
Bien desde Álora, bien desde Ardales,
se puede recorrer este histórico sendero con relativa facilidad.
El sendero atraviesa el escarpado desfiladero
de los “Gaitanes”, te introduce
por sus angostas gargantas en un mundo dominado por la grandeza y la fuerza de
la naturaleza. Sobrecoge sus alturas y a
la vez empequeñece al visitante. La
naturaleza reina en este lugar. Hábitat de buitres y jabalíes, de sapitos
escondidos y de innumerables aves. Los pinares, algarrobos, alcornocales, el
romero, el esparto, la lavanda florece
en las escarpadas rocas kársticas y
zonas de transición del lugar dando aroma y color al sendero.
Entrando por Álora - se va con guía previa reserva - , el camino
es cuesta arriba, por lo que el comienzo es bastante duro, no apto para fumadores,
cardiacos o gentes que padezcan vértigos. Pero una vez en lo alto, la pasarela
transcurre en llano prácticamente durante todo el trayecto hasta el final. Solo en algunos puntos hay que
subir empinadas escaleras. ¡Ojo a los escalones de la pasarela! Pero el resto
es una delicia de paseo y apenas se da cuenta uno de los kilómetros que está
andando. El tiempo y el espacio dejan de existir al rato. Cuando uno cree estar
en mitad del camino resulta que ha llegado a la salida/entrada por
Ardales. Aun le quedará un kilometro
cuesta arriba para llegar a la civilización.
Tanto a la entrada como a la
salida hay zonas para el refrigerio o para almorzar. Recomendamos desde Álora
el “Hotel La Garganta” http://www.lagarganta.com/ para desayunar, junto a la estación de tren. A
la salida hay dos sitios donde comer: el “Kiosco” www.restauranteelkiosko.com/ o el “Mirador”.
Ambos ofrecen comida local a buen precio. Recomendamos el aceite y vino de
Ardales o Álora para acompañar las
viandas. Aun no está abierto del todo,
pero poco a poco van haciendo las infraestructuras del camino.
En realidad ha sido una
magnífica obra para Málaga y desde luego para los municipios aledaños. Mis felicitaciones a la Diputación de Málaga
por este magnífico trabajo de puesta en valor de un recurso esencial para el
desarrollo de la economía local, pero también para el conocimiento de la cultura
y el medio ambiente malagueño.