Hablamos a diario de Archivos,
que si me has enviado un archivo en PDF, JPEG… Que si te subo a la nube un
archivo. La palabra archivo esta siempre volando por las nubes de internet y circulando
físicamente por las impresoras de tu casa u oficina. ¿Qué significa Archivo? ¿Alguien se lo ha
preguntado alguna vez?
Para los amantes de la etimología
(¡no, no se trata de la ciencia de los emoticonos!, sino de la ciencia que
busca el origen de las palabras) el término “Archivo” proviene del
griego clásico “Archeion” que significa literalmente “casa del magistrado”.
En la antigua Roma el “Archivuum” era la institución pública que
custodiaba y servía los documentos generados por los organismos del estado
romano.
Un archivo es tanto un sistema de
gestión, como una organización que presta servicios. En la base de esta definición original está
la existencia de “documentos”, que como su propio nombre indica, “documenta” un proceso, un asunto, un
expediente. Es decir, a través del documento se “informa” o aporta noticia
sobre los mismos. De ahí su utilidad a diario en cualquier ámbito público o
privado. Toda la actividad de una oficina o de una casa queda reflejada en sus
documentos.
El saber no ocupa lugar, pero lo
cierto es que el lugar está repleto de documentos que reflejan el saber. En la antigüedad los documentos se guardaban
en sótanos y habitaciones especialmente destinadas a estas funciones. Una
persona se encargaba de custodiarlos y servirlos. Creaba un sistema de gestión documental, de
tal forma que los documentos y/o la información relevante siempre estuviesen
organizados, localizables y accesibles. En la antigua Roma incluso se
promulgaron leyes y normas administrativas para la gestión de los documentos
y/o la información emitidos por alguna entidad pública. El sistema fue
perfeccionándose hasta el día de hoy.
Hoy la tecnología ha cambiado la
forma en la cual se gestionan los documentos y la información relevante para
una familia, una persona o una empresa. Cada vez mas el documento creado
electrónicamente y/o digitalizado ha ido sustituyendo al documento elaborado
con papel. Las múltiples aplicaciones de gestión documental ayudan al
administrativo o al directivo en su labor cotidiana.
Se pensaba que con el auge del
documento electrónico, el de papel iba a desaparecer (“La oficina sin
papeles”). Sin embargo mientras existan impresoras habrá papel. Por otra
parte, la adaptación al cambio de sistema en el ámbito público lleva un retraso
considerable; lo cual obliga a ciudadanos y empresas a seguir usando documentos
en papel en sus tratos con las Administraciones Públicas.
Por ello tener un buen sistema de
gestión documental es necesario para no perder los papeles y no tener que
bucear entre las montañas de documentos que se acumulan en estanterías, mesas y
almacenes.
No existe un sistema de gestión
único, dado que son muchos los métodos que se emplean. Existe una corriente
normalizadora ISO/AENOR - de la que formamos parte - que está tratando de crear un marco más o
menos homogéneo y equiparable en el seno
de la comunidad internacional (ISO 30300).
En realidad un sistema de gestión
documental es un código de buenas prácticas que sirve para tener claro:
1.
Que información/documento
poseo y cual es relevante
2.
Quién se va a encargar de
esta información y/o documentación
3.
Cómo y dónde voy a
conservar esta información y/o documentación
4.
Cuanto tiempo he de
conservar esta información y/o documentación.
5.
Dónde he de depositar los
documentos al final de su vida útil para su eliminación
6.
Quién debe tener acceso a
la información y/o documentos.
En España no estamos muy acostumbrados a pensar en el
archivo como una herramienta fundamental para el éxito de una empresa. Saber donde tiene uno la información es muy
importante, reduce el tiempo de respuesta en la toma de decisiones.
Antes una administrativa/o tardaba una mañana entera en
encontrar un documento, si es que lograba dar con él. Hoy es posible tener ese
mismo documento en cuestión de segundos en un solo clic, usando para ello el
dispositivo electrónico preferido. Esto
es un aspecto a tener en muy en cuenta en la definición de la estrategia
empresarial. Hoy la información es más accesible que hace tan solo diez o veinte
años.
En el mundo anglosajón y en el europeo, la política
documental de la empresa es estratégica
en la mayoría de las empresas. Tener implementado un buen sistema de gestión
documental es básico para el éxito empresarial.
En España este cambio de actitud hacia los documentos está implantado solo
en la administración pública y en las grandes empresas.
Las PYME ’s y los autónomos no lo han implementado más por
desconocimiento que por otra causa.
Muchos piensan que no tienen un gran volumen de documentos y otros
aluden a que acaban de empezar su andadura como emprendedores. Muchos piensan también que es caro
implementar un sistema de gestión. Siguen pensando en el documento como un
objeto físico que no le aporta nada y encima le ocupa espacio.
En efecto, el documento per sé no sirve para nada;
lo importante es la información que contienen los documentos. Esta si es
importante para su actividad y gestionarla de manera adecuada es fundamental
para el éxito del negocio. Por ello tanto si se tiene un gran archivo
físico/virtual como si no lo tiene, implementar un sistema de gestión
documental es fundamental y muy especialmente entre aquellos emprendedores/as
que comienzan.
El asesor es un coach o entrenador que sirve a la
empresa o particular en todo momento. De la misma forma que para asuntos
jurídicos, contables, fiscales o laborales acudimos a profesionales en la
materia; es bueno también acudir a otros profesionales que se ocupan de los
temas relacionados con la política documental de la empresa.
El resultado dependerá del sistema establecido. El Asesor
proporciona lo siguiente:
·
Análisis DAFO para
comprobar la situación de la actividad informativa y documental de la empresa
de forma periódica
·
Informes parciales o
generales detectando anomalías e introduciendo mejoras.
·
Planes Estratégicos (Diseño
del Sistema de Gestión documental)
·
Dirección y gestión
externalizada de la política documental de la empresa.
·
Prestación de servicios
externos concretos en el ámbito documental (custodia, digitalización,
destrucción confidencial…)
·
Cursos de formación y
adiestramiento teórico/prácticos, a nivel individual o colectivo
·
Boletines periódicos sobre
novedades jurídicas o normativas técnicas aplicables
Para la mayoría de los profesionales y pequeños empresarios
españoles es algo desconocido, pero en muchos países desarrollados e incluso en
vías de desarrollo, buscar asesoramiento externo para el desarrollo de la
política documental es algo muy
habitual. Tenemos que considerar al
documento y a los archivos como herramientas para la mejora continua de nuestro
negocio. No deben ser un lastre, sino
considerarlo un motor básico para ganar en excelencia, calidad y rentabilidad
en nuestros negocios.
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