viernes, 15 de abril de 2016

"Sucedió en Málaga" (Patrick Tuite Briales) - mis comentarios


El autor de “Sucedió en Málaga” (Patrick Tuite Briales, Ediciones del Genal, 2016) muestra desde el primer capítulo un rápido bosquejo por la historia de Málaga contada en cinco interesantes episodios.

Los temas tratados son ampliamente conocidos en Málaga: La conquista castellana del siglo XV; el desarrollo marítimo y militar del puerto de Málaga durante los siglos XVI y XVIII; la gran gesta de Torrijos en su lucha por las libertades; la curiosa historia del desconocido Cementerio Inglés o la vida del Dr. Noble y  finalmente el conocido  naufragio de la fragata “Gneissenau” en los albores del siglo XX. El último capítulo resume e hilvana los capítulos anteriores.

La trama novelesca proviene de un viajero en el tiempo llamado - como no podía ser de otra manera -  Alonso de Mendoza. En ocasiones el autor trata de parecerse al personaje y a veces el personaje retrata con maestría a su autor. A veces el personaje tiene un papel fundamental en la trama de cada capítulo; en otras ocasiones casi desaparece oculto tras la historia malagueña o biográfica, para reaparecer de nuevo posteriormente. Abre y cierra capítulos convirtiéndose al final de la obra en el narrador necesario.
Comentaré la obra por capítulos:

El primero trata sobre la conquista castellana de Málaga describiendo los principales hitos conocidos de la historia de este periodo.  Muestra un estilo narrativo claro, ágil y fácil de leer resaltando el paisaje y paisanaje de la época andalusí en Málaga.

En este sentido me recuerda al estilo cronístico de los autores clásicos malagueños como Guillén Robles o el padre Andrés Llordén. También hay datos extraídos de autores contemporáneos y probablemente también de la crónica de Hernando del Pulgar, testigo presencial de los acontecimientos.

El personaje ficticio de Alonso de Mendoza es una vida que va creciendo y formándose a medida que avanza la narración. Sin embargo en este capítulo, el autor aún no ha desarrollado la personalidad de su personaje, simplemente la ha esbozado.  Predomina en este capítulo la historia real frente a la historia ficticia.  Es indicador, seguramente, del placer causado al autor por la investigación de la época.

Siendo de la misma generación que el autor puedo entender este apasionamiento por la historia de Al - Ándalus dado que, debido a nuestra formación temprana en los años setenta del siglo XX,  los estudios andalusíes aún no se habían desarrollado académicamente y la enseñanza de la historia cronística en la época hacía mucho hincapié en el carácter nacionalista-religioso  de la “Cruzada”  emprendida por los “Reyes Católicos”  sobre los infieles “mahometanos”.  

Nosotros no teníamos conocimiento de la historia interna de Al-Ándalus y de la realidad objetiva de la conquista castellana del Emirato de Granada.  Por ello es frecuente que a nuestra generación le fascine esta etapa de la historia de Hispania, en especial de la época andalusí. Para nuestra generación es una asignatura pendiente.

El capitulo segundo nos traslada de forma intemporal a los siglos XVI y XVII. La gran época del  gigantesco Imperio Hispánico “donde nunca se ponía el sol”. En la figura de Alonso de Mendoza aprecio un recuerdo infantil generacional de haber disfrutado con películas y libros ambientados en  la época de espadachines y mosqueteros, propios de la saga de los Dumas o incluso las contemporáneas novelas de Pérez - Reverte y su capitán Alatriste.  

Se aprecia además en este segundo capítulo el trabajo arduo y profundo de investigación llevado a cabo por el autor, tiene un conocimiento detallado de unidades militares, pertrechos, vestuario y navíos de la época. Me ha sorprendido este detalle.

El tercer capítulo recoge la hazaña de Torrijos y sus compañeros. Recuerda mentalmente al famoso cuadro del fusilamiento de este héroe nacional en las playas de San Andrés de Málaga, obra de Antonio Gisbert que se encuentra en el Museo del Prado, en el que seguramente se habrá inspirado el autor. 

Este capítulo me ha animado a recorrer los lugares singulares de Málaga, como el propio Cementerio Inglés, el Obelisco de Torrijos o  la Iglesia del Carmen. La hazaña de Torrijos es curiosamente la  excusa perfecta para hablar de Robert  Boyd.  Un gran desconocido para los malagueños y que tanta importancia tuvo en la hazaña de Torrijos.  

En este capítulo el autor saca a la luz su origen irlandés y malagueño con notable maestría. También el hecho de ser hijo del que fuera Cónsul Británico en Málaga durante muchos años.  La sangre en este capítulo sin duda tira del autor. Para mí este capítulo es el mejor de todos, el más personal del autor, por su abundante documentación y por su trama donde muestra su estilo narrativo en todo su esplendor.

Aunque la ausencia de Alonso de Mendoza en este capítulo esté justificada por la historia contada - que tiene sin duda mucho interés histórico - se deja ver la madurez de un Alonso / Patrick narrador que muestra el placer de investigar la rica historia de Málaga.

Para mi el cuarto  capítulo es el que más curiosidad me han generado. Conocía más bien poco acerca del Dr. Noble, salvo que se usa para identificar a un histórico edificio de la Malagueta y que fue un reputado médico. Me resultan curiosas las cartas  reproducidas en el capítulo, historia viva de una época en la que hubo  muchos cambios en Málaga.

Resulta muy interesante ver la especial relación de Málaga con Gibraltar durante el siglo XIX. Muchas familias mixtas de extranjeros y malagueños se conocieron en Gibraltar durante el exilio, que los liberales tuvieron que soportar durante varios años tras la Guerra de la Independencia Española. Muchas de estas familias mixtas fueron el origen de la conocida como “Oligarquía de la Alameda” posterior. Eran los antepasados de los pioneros de la industrialización española (que empezó en Málaga) y de los grandes viajes al extranjero gracias a la transformación de su puerto.
  
El quinto es quizás el más conocido y el que más debate popular ha generado. Sin embargo el autor muestra en este capítulo su conocimiento de la temática náutica y marítima, fruto de sus trabajos en la consignataria.  Muchos de los datos no náuticos parecen provenir de lecturas relacionadas con los viajeros extranjeros por las tierras de Málaga de finales del XIX y principios del XX. Sus memorias y cuadernos de viajes se publicaron y divulgaron en los años 20 y 30 del siglo XX. 

El sexto y último da sentido al retablo de episodios nacionales malagueños que Patrick Tuite nos ha deleitado con su obra. Alonso Mendoza se reencuentra con su avatar histórico en la Ciudad Eterna, recordándonos el principio de esta novela.

Como diría el añorado Constantino Romero: “y hasta aquí puedo leer”, para dejar al lector quedarse con la intriga hasta el final.

Querido amigo Patrick, al cual conozco desde nuestros tiempos en la EGB y del barrio,  ¡Me has sorprendido!  Nunca me imaginé esta faceta tuya como escritor. Te animo a que sigas escribiendo y que des continuidad a esta novela.  Esta novela da para muchas mas novelas. . No te quepa duda.





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