Rompo un poco la línea que venía
siguiendo en las entradas anteriores, para introducir un comentario sobre una
actividad cultural en la que participé el pasado sábado y que creo que es
importante promocionar y dar valor.
El pasado sábado tuve el placer
de asistir a una visita guiada por el profesor Víctor Manuel Heredia Flores (UMA) en el Cementerio de San Miguel de Málaga (http://www.cementeriosanmiguel.com/),
recién convertido en conjunto histórico monumental y parque público. Esta
actividad fue a iniciativa del Ayuntamiento de Málaga (Parcemasa) para dar a
conocer el cementerio como recurso monumental de la ciudad.
El profesor nos habló del
cementerio como soporte de la memoria histórica de una ciudad, el archivo en
piedra – en definitiva - de la ciudad. A
través de nichos, enterramientos individuales y panteones familiares, aparecen
los apellidos de familias que han vivido en Málaga y de todos sus integrantes allí
inhumados.
Concretamente la zona monumental corresponde
al antiguo patio 1 del cementerio, donde se enterraban a las personas y
familias más ilustres de la ciudad, destacando dos grandes panteones: el de la
familia Larios-Barea (Marqueses de Casa Larios) y el de la familia del que
fuera Senador del Reino y primer ferretero
de España, Manuel Agustín Heredia. Ambos Panteones pudieron ser vistos por
dentro, dado que sus propietarios posibilitaron el acceso durante la visita a
modo de “Jornadas de puertas abiertas”.
Para un historiador las lápidas
contienen datos esenciales, como nombres, apellidos, fechas de nacimiento y
muerte, datos sobre su profesión, título nobiliario, o nos aportan algún dato
sobre la mentalidad del difunto/a como aquella que hay en la cripta del Panteón
Heredia (está considerado el principal del Cementerio) que habla sobre “Era el más hombre feliz del mundo”, o
aquellas otras que me recuerdan a la que se atribuye a Groucho Marx “Perdone señora que no me levante” o
aquella otra recogida por Luis Carandell de un señor que era nada mas y nada
menos que “Suscriptor del ABC”; o las
brillantes alegorías, blasones y otros elementos simbólicos (Muchos de ellos
masónicos en el cementerio) que nos indican sus creencias o filosofía de vida. Por
tanto, las lápidas podrían considerarse propiamente como documentos y el cementerio en
si como el archivo de la memoria local.
Es interesante este concepto que
no solo ayuda a los historiadores, sino que además posibilita el discurso que
puede ser aprovechado como recurso turístico para fomentar la atracción del turismo necrófilo o
especializado en cementerios. En la visita había cerca de las 50 personas y por
lo que me dijeron había 90 más en espera de una segunda visita, aun sin
concretar. Muy buena iniciativa del Ayuntamiento de Málaga, además de por el
éxito de convocatoria, por poner en valor parte del patrimonio monumental (o
documental) de la ciudad de Málaga. Ahora – según mi opinión - convendría hacer
lo mismo con el Cementerio de San Jorge, más conocido como Cementerio Inglés de
Málaga (del Siglo XVIII) http://www.cementerioinglesmalaga.org/.
Ambos concentran la historia de Málaga desde el siglo XVIII al XX.
A los amantes de la historia y la
genealogía, encontrarán en estos cementerios un lugar idóneo para satisfacer sus deseos. Y si, para los
amantes de los misterios, hay algunos fantasmas pululando por ellos, como el de
la escritora de fama internacional Jane Bowles que se dice que pasea por el Cementerio
de San Miguel donde se encuentra su tumba renovada.
Hay también otros lugares
funerarios que interesa conocer y que recomiendo visitar: La cripta de los
Condes de Buenavista en el Santuario de Nuestra Señora de la Victoria de Málaga
(Patrona de la Diócesis) o el Monumento funerario de Torrijos y sus compañeros,
ubicado en la céntrica y remodelada Plaza de la Merced de Málaga (el obelisco
central).
Desde la familia descendiente de
D. Manuel Agustín Heredia estamos trabajando para mejorar los accesos y
recuperar el valor histórico del Panteón familiar, así como aportar nuestra
contribución a la historia local
poniendo en valor y recuperando la memoria de este gran industrial, que dio el
pistoletazo de salida a la industrialización de España e internacionalización
de su comercio. Los primeros altos hornos que hubo en España se instalaron en
Málaga. Fue una Iniciativa emprendedora, no exenta de riesgos, pero con mucha ilusión
y determinación por parte de este gran industrial riojano afincado en Málaga.
El Cementerio San Miguel es un gran libro de historia local abierto a todos los malagueños. Me alegro profundamente de todo el esfuerzo que se está haciendo por recuperar este enclave y me siento muy orgullosa de contribuir con nuestro granito de arena desde hace un año, integrándolo en una de nuestras rutas precisamente junto al Santuario de la Victoria que permite tener una visión global de la evolución de la muerte y los enterramientos desde el siglo XVI hasta el XX. Felicidades por el esfuerzo que estáis haciendo para recuperar vuestro panteón familiar, que es una pieza clave, no sólo para el Cementerio San Miguel sino para la Historia de Málaga. Un panteón y un cementerio que todo malagueño debería conocer. Mar Rubio cultopia.es
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